En estos días de
que en la mayoría de nosotros disfrutamos momentos de alegría en convivencia familiar
alejados quizá de todos los problemas al menos en nuestros pensamientos, salta
a nuestra mente ese dicho popular “la
felicidad, el dinero y el olor a guayaba son cosas que nos se pueden ocultar”.
Lo cual estoy totalmente de acuerdo debido a que cuando uno de nosotros por
pequeñas circunstancias sentimos una felicidad en nuestro interior lo
manifestamos de manera inmediata en nuestro rostro con una sonrisa, esto no es
simplemente un gesto, un sonrisa ayuda a que de manera inmediata tengamos un
concepto mucho más profundo de estabilidad, seguridad, esperanza. Algunos de
ustedes se preguntarán que si se puede tener felicidad en medio de una tormenta
debido a cosas externas y fuera de nuestro control, yo pienso que si, debido a
que la felicidad también tiene mucho que ver con la actitud y el
cómo resolvemos nuestros problemas sin con una actitud positiva.
Estoy segura que
si seguimos el dicho popular mexicano en segundo término está el dinero, pero
no me refiero a que con dinero se solucionan todos nuestros problemas, alguno
de nosotros conocemos personas con una capacidad económica resuelta pero con
cantidad de problemas que están sin resolver, más bien yo me refiero a que la
felicidad no está únicamente en nosotros mismos también está el darnos a los
demás la generosidad en la amistad, con
un ingrediente indispensable en esta receta mágica … el amor …
El amor es un
sentimiento que provoca no sólo respuestas psicológicas, las cuales detonan
hormonas como adrenalina, en un artículo
que leí hace tiempo escrito por el Dr. Enrique Camarena Robles, jefe del
departamento psiquiátrico Héctor Tovar del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS), define que con amor se tiene una invasión corporal de endorfinas,
sustancias conocidas como “las hormonas de la felicidad”; ahora puedes
imaginarte tus hormonas de la felicidad queriendo manifestarse y que tu se lo
estés impidiendo por situaciones pasadas que definitivamente ya pasaron y se
resolvieron de una manera que ni tú sabes cómo, pero ahí estas recordando un
hecho pequeñito que te impide vivir la vida con felicidad…te lo dejo de tarea…!medítalo!.
Y por último
algo que la naturaleza nos regala cada vez que ese árbol frutal da sus frutos y
su aroma es algo indescriptible pero se reconoce a distancia, El poeta y
escritor Gabriel García Márquez en su libro “cien años de soledad” describe como
el olor a guayaba es exigente, imposible de no ser identificado y lo relaciona
con la amistad.
Estimados
lectores, ven como este aroma se relaciona intensamente con nuestra vida, haz
cada día un olor a guayaba exigente contigo mismo, identificado contigo,
amoroso contigo mismo…que esperas la solución está en tus manos.