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viernes, 9 de mayo de 2014

Hallan 28 restos óseos en tumba de tiro en Zacatecas

CIUDAD DE MÉXICO.- El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) rescató la primera excavación sistemática de una tumba de tiro en el sur de Zacatecas, en el municipio de Valparaíso. Bajo las capas se hallaron los restos óseos de 28 individuos, según el conteo de igual número de cráneos. Las osamentas son en su mayoría de individuos adultos, aunque se identificaron tentativamente dos adolescentes y ocho infantes. A través de un comunicado, el INAH explicó que el hallazgo y los resultados de la investigación fueron dados a conocer por la arqueóloga Laura Solar Valverde durante la Primera Jornada Académica Experiencias en torno al patrimonio cultural zacatecano, llevada a cabo el pasado mes de abril por el Centro INAH-Zacatecas, en el marco de las celebraciones por los 75 años del INAH. Agregó que bajo el acotamiento de un camino asfaltado que lleva a la localidad de La Florida, el equipo de arqueólogos descubrió en 2009 el contenido de una cámara que, a diferencia de otros registros de tumbas de tiro en este lugar, permaneció inalterado por al menos 1.600 años. Por otra parte señaló que los arrastres de tierra que ingresaron con el paso de los siglos al interior de la cámara funeraria, dificultaron el rescate arqueológico que se prolongó por 20 días. La exploración metódica de la tumba de tiro encontrada en 2009 y el registro también preciso del contenido funerario, ha permitido asumir que efectivamente la región constituye el extremo nororiental de lo que fue la Tradición de Tumbas de Tiro, y que “no sólo adoptó las costumbres de este desarrollo, sino también compartía los aspectos ideológicos, por lo que se trata de la misma cultura”. Todo indica que, entre dos siglos antes de nuestra era y 400 después de Cristo, las sociedades que poblaron esta parte donde inicia el Cañón de Bolaños, compartieron muchos patrones culturales con las sociedades del Occidente, de forma particular con las del centro de Jalisco, pero también con las de Michoacán y Nayarit”, dijo Solar Valverde. La disposición de la mayor parte de los huesos refiere que los muertos fueron colocados de manera extendida sobre su espalda, algunos con los brazos a los costados o flexionados sobre el pecho, con la cabeza orientada a la entrada de la cámara donde todavía se conserva un escalón que servía de preámbulo a la cavidad hecha en el tepetate. En el lugar, también se hallaron dos pares de anillos de átlatl (lanzadardos) que guardaban relación con dos individuos, y en un caso todavía se encontraban asociados a los huesos de la mano, así como puntas de proyectil de sílex, un punzón y un fragmento de aguja elaborados con hueso. Por último el INAH destacó que sobre las osamentas dispuestas de manera extendida, estaba el entierro de un personaje que fue acomodado en posición fetal dentro de un fardo. Lo anterior evidencia que al menos hubo dos momentos de actividad dentro de la cámara.